Gobierno no promoverá fin de la tasa de usura: Superfinanciera

El Gobierno le puso fin a la discusión que por décadas ha mantenido con el sector financiero, que insiste en la necesidad de eliminar la tasa de usura como mecanismo para, entre otros, aumentar el acceso de un mayor número de colombianos al crédito.

El Ejecutivo sabe que ese tope en el costo del crédito es un obstáculo para avanzar en la profundización financiera, hoy en 49 por ciento, medida como el porcentaje de crédito con respecto al PIB.

Pero advierte que también es necesario para proteger al consumidor financiero de posibles abusos que puedan cometer algunos agentes en este frente.

Por eso, ante la pregunta de si se analiza la posibilidad de eliminar la tasa de usura, la respuesta de Jorge Castaño Gutiérrez, superintendente Financiero, fue un no contundente.

El funcionario le reveló a EL TIEMPO las razones para mantener el tope y los mecanismos que se alistan en esa materia, así como los planes para que las pequeñas y medianas empresas (pymes) puedan acceder a mayor financiación y cómo las personas pueden contribuir en ese propósito.

Por décadas los banqueros han pedido la eliminación de la tasa de usura, ¿se les dará el milagro?

No. La tasa (de usura) tiene unas restricciones, pero también unas ventajas y eso hay que reconocerlo, porque cuando es respetada evita abusos de parte del prestamista, cualquiera que sea. Recuerde que esta no aplica solo para los bancos sino para cualquier persona que preste dinero en el país.

No obstante, en una reciente solicitud de la banca se dijo que el tema se analizaría…

La tasa de usura debería, como lo hemos hecho para otros productos, ser diferenciada, es decir, no tener una tasa única para todas las transacciones y toda la economía.

Hemos hecho avances en microcrédito y préstamos de bajo monto, pero no sigue teniendo suficiente capacidad, porque hay que rodearlo de otro entorno y otro tipo de medidas.

La revisión de la tasa de usura pasa por saber, como país, en qué tipo de productos realmente queremos tener una política clara de financiación y cuál es el límite diferenciado de tasa de interés. México eliminó la usura hace unos 4 años y tuvieron un rebote en las tasas gigante, tasas del 100 o 120 por ciento. Pero esta es una discusión que debe pasar por el Congreso.

La tasa de usura debería, como lo hemos hecho para otros productos, ser diferenciada, es decir, no tener una tasa única para todas las transacciones y toda la economía

Pero usted dice que algunos conceptos como el de tasa de usura obstaculizan la inclusión financiera…

De acuerdo, pero también necesitamos proteger al consumidor final. Por eso venimos trabajando con el mercado en mecanismos que nos permitan crear un ecosistema que les permitan a algunos sectores, como las pymes, el acceso a los recursos del mercado en mejores condiciones, sobre todo de costos, para que puedan desarrollar sus proyectos productivos.

La financiación bancaria tradicional funciona muy bien, pero tiene ciertas rigideces que hace que no sea válida para todo el mundo.

¿Y cuáles son esas salidas?

Necesitamos construir un ecosistema de financiación para las mipymes. Eso significa que necesitamos quien ponga la plata, quien la requiera y una plataforma que logre canalizar esos recursos, ahí es donde surgen esquemas como el ‘crowdfunding’, que se encarga de unir a las partes para que se desarrolle un negocio. Si dejamos que sigan siendo los bancoslos encargados no se hará mucho.

La financiación bancaria tradicional funciona muy bien, pero tiene ciertas rigideces que hace que no sea válida para todo el mundo

Pero las pymes también necesitan acceso al mercado de valores a través de emisiones pequeñas de bonos o papeles comerciales, y hoy la regulación está mucho más pensada para las compañías grandes, muy formalizadas y con estándares de gobierno corporativo grandes.

¿Vienen cambios en eso?

Sí, y uno de los aspectos que trabajamos fue en el tema de los costos para las pequeñas emisiones.

En un análisis que hicimos, la estructuración de la emisión concentra hasta el 60 por ciento de los costos totales del proceso. Por eso la salida fue crear un prospecto estándar, simple y sencillo, una proforma, para que las pymes no deban pagarle a un tercero por una cosa que a veces no genera valor.

¿Cualquier persona podrá invertir en esas emisiones?

La financiación de las pymes va a la generación de un entorno completo entre quienes ponen la plata y a quienes van los recursos.

Por eso creamos una nueva categoría, la de los microinversionistas, así como nos inventamos el microcrédito, el préstamo de bajo monto y las cuentas de trámite simplificado. Pensamos en una categoría especial de inversionistas que no tenga los mismos costos de uno grande, con asesoría y acompañamiento que les permita llegar a un segmento diferente.

¿Cuándo serán los cambios?

Vamos muy avanzados. El Ministerio de Hacienda trabaja en un decreto sobre el deber de asesoría, con el que se busca simplificar esa carga para el pequeño inversionista, esa persona que, a pesar de que podría tener más necesidad de asesoramiento, lo que debe entender es que está entrando en un producto de comportamiento diferente a los tradicionales. Lo del microinversionista, lo del prospecto estandarizado para las emisiones y demás debe quedar listo en el primer trimestre. Es factible que este año empecemos a probar estos productos para ver cómo funcionan.

¿Qué más falta para que el sector se adapte a estas nuevas circunstancias?

Tenemos que revisar también el concepto de la captación habitual masiva, porque hoy se trabaja con la definición que se planteó en 1982. Incluso ha sido una recomendación del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial.

Es una discusión sensible, pero tenemos que pensar en que todo lo que tiene que ver con los sistemas de pago y las nuevas tecnologías pasan porque necesariamente alguien se queda en un momento específico con la plata de un tercero por un determinado periodo y eso se vuelve captación.

O se ajusta el concepto o mantenemos ese estándar y generamos unas excepciones para aquellas entidades relacionadas con pago, es la discusión que hay que dar.

¿El sistema financiero sorteó bien la coyuntura económica del año pasado?

Tuvimos que tomar decisiones para contener el deterioro de la cartera que por fortuna dieron buenos resultados. El indicador de calidad cierra el año sobre el 4,5 por ciento y esperamos que ya no haya más sorpresas salvo unos casos puntuales.

En cuanto a los bancos, sus utilidades rondaron los 7 billones de pesos. Ajustaron sus estrategias y no han tenido que restringir el crédito a la economía y eso es muy importante.

Fuente: El Tiempo

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