¿Ser feminista es estar en contra de los hombres? ¿Odiarlos? ¿Desear que pierdan derechos? ¿Se trata de un plan para que, cuando suceda, nosotras podamos quedarnos con todo? No suenan lógicos, pero esos son los argumentos que se esconden detrás de algunas reacciones ante las luchas feministas. Por esa discusión, la etiqueta #soyfeminista fue ‘trending topic’ en Twitter en Argentina durante varias horas.
El origen del debate en las redes sociales fueron una palabras de la actriz Araceli González en un programa televisivo: “Yo no soy feminista. Las respeto muchísimo, pero tengo un hijo varón precioso y un marido hermoso y respeto mucho a los hombres también”.
“Los ideales de una feminista son sencillos: igualdad de derechos y oportunidades, libertad de las mujeres sobre nuestros cuerpos. El odio a los hombres es un invento de los machistas desde el siglo uno para defender sus privilegios de abusadores”, tuiteó la guionista Malena Pichot.
Muchas otras personas de ambos sexos explicaron sus porqués: “#SoyFeminista desde los 13, cuando la rectora del colegio me dijo que las chicas le habíamos arruinado el colegio, hicimos huelga de guardapolvos y nos suspendieron a todas. Soy feminista por la libertad, el goce y la felicidad de las chicas”, escribió la periodista Luciana Peker.
#SoyFeminista porque creo que la equidad, la construcción de un mundo más justo beneficiará a hombres y mujeres
No odio a los hombres, la lucha es contra un sistema que los favorece a ellos y nos discrimina a nosotras en todos los ámbitos
Nos vemos el 8 de marzo en las calles— Cecilia González (@ceciazul) January 24, 2018
Yo creía que feminismo era machismo al revés. Un grupo de feministas me habló, me pasó autoras, me abrazó y me dejó libre sin juzgarme. Y hoy #soyfeminista
— Florencia (@fetcheves) January 24, 2018
No se nace feminista, se llega a serlo. #SoyFeminista porque la historia de las mujeres es la historia de la injusticia, la desigualdad, la violencia y la explotación. #SoyFeminista para transformar eso.
— Mercedes DAlessandro (@dalesmm) January 24, 2018
Crecí escuchando que aquello que me gustaba no era para mujeres. Para ser yo misma, tenía que desafiar las reglas absurdas impuestas a mi género. Un día, las reglas encontraron nombre: patriarcado. Y yo también: #SoyFeminista
— Angela Lerena (@Angelalerena) January 24, 2018
Por su parte, el sitio Economía Feminista recuerda que “brecha salarial va a tardar décadas en cerrarse”. La disparidad de género medida por el Foro Económico Mundial todavía está en un 32 por ciento promedio.
Otros recordaron que en Argentina el aborto todavía no es legal, seguro y gratuito y los femicidios no parecen estar cerca de detenerse. Según el Observatorio de Igualdad de Género de Cepal, aunque en los últimos años hubo avances (18 países tipificaron el delito), 1.831 mujeres de 16 países de la región fueron víctimas de femicidio en 2016.
También a raíz de esta polémica, la periodista Mariana Carabajal escribió en Página/12: “No hay una sola forma de entender el feminismo. Hay feminismos. En plural. El concepto, en todo caso, se refiere a los movimientos de liberación de las mujeres, que históricamente adquirieron distintas maneras para pensar y mirar el mundo. El feminismo es teoría y es práctica”.
Luego, repasó algunos logros que se consiguieron gracias a ese movimiento y que no redundaron en quitarle derechos a los varones: el voto femenino, la patria potestad compartida, la inclusión en la universidad o el Programa Nacional de Procreación Responsable que obliga al Estado a distribuir anticonceptivos de manera gratuita a mujeres y varones, entre otros.
En 2015, tras 30 ediciones del Encuentro de Mujeres, en Argentina se popularizó el feminismo y el debate se amplió. A finales de 2014 había aparecido asesinada Melina Romero, meses después habían encontrado en una bolsa de arpillera a Daiana García y cuando localizaron a Chiara Páez enterrada en el patio de la casa de su novio, el ‘hashtag’ #NiUnaMenos estalló en las redes sociales.
El 3 de junio de ese mismo año, cientos de miles personas llenaron las calles del país en contra de la violencia machista. Desde entonces, muchas se animaron a denunciar lo que antes no podían, crecieron las llamadas con pedidos de ayuda y el concepto de “acoso callejero” le puso nombre a algo que muchas vivían y no sabían cómo nombrar. A partir de ese momento no se para de exigir presupuesto para políticas públicas serias y eficaces y el debate estalla cada vez que un caso o la declaración de algún personaje público lo amerita.
El pasado 8 de marzo se llevó adelante el primer paro femenino internacional en casi 60 países. Dentro de poco más de un mes, las mujeres del mundo se volverán a unir y a pararse “desde Alaska hasta la Patagonia”.
Fuente: actualidad.rt.com
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