El cese del fuego del Eln era breve y frágil: Arzobispo de Cali

El arzobispo de Cali, monseñor Darío de Jesús Monsalve, señaló que el cese del fuego por parte del Eln y los ataques posteriores de esta guerrilla era un «cese breve, frágil, con un pésimo calendario, como el de fin e inicio de año».

De acuerdo con el prelado, «era un cese en el marco más complejo del primer acuerdo de paz, cuando, del hilo frágil, rescatado de la maraña colombiana por el gobierno Santos, se colgaron, en racimo oportunista, todos los aprovechadores electorales de la confrontación y de la negociación».

En un comunicado, añadió que era también un «cese para la participación de la sociedad y entera población colombiana, puesta en el primer lugar de la agenda en Quito. Por eso había despertado una gigantesca expectativa de que el Eln pusiera un piso de diálogo y movilización, masiva y popular, para la construcción democrática de paz, con verdad, justicia y perdón.  Es la estrategia de paz como autogobierno de las poblaciones, con la prioridad de la vida humana y planetaria, con la ocupación inteligente del territorio, con la convivencia y el intercambio afectivo, económico, étnico, social y político, que hagan posible la ‘cultura del encuentro’ y de una paz con oportunidad de igualdad humana e igualdad de oportunidades».

Así mismo anotó que «este ideal de paz interna en Colombia está abierto al ‘modelo’ de sociedad y el tipo de país que queramos nosotros, el pueblo colombiano, asimilando, con confianza en nosotros mismos, el contexto real en el que convivimos entre las naciones, con modelos como el venezolano, el cubano o los de la globalizada economía mundial.

(…) este ideal de paz interna en Colombia está abierto al ‘modelo’ de sociedad y el tipo de país que queramos nosotros (…)

«Y valga recordarlo, porque la coyuntura que marca la retoma de la guerra por el Eln o la retoma de la mesa de diálogo y del desarrollo de la agenda de Quito, con cese bilateral del fuego, nos llevará a conciliar el ideal de paz interna con el enfoque binacional de una guerrilla anclada también en Venezuela.

«Esto agrega al proceso un componente de relación y paz binacional y de frontera, para la reubicación geográfica, en el territorio nacional en el que tiene sus frentes de guerra, de todo el Eln; de opción explícita por el proceso colombiano de paz; de sustentación económica de esa organización durante el cese y diálogo; en fin, de un horizonte más realista para el tratamiento de una agenda tan desbordante de tiempo y contenidos posibles, más que deseables, como los tres primeros puntos: participación, democracia, transformaciones para la paz.

Esto agrega al proceso un componente de relación y paz binacional y de frontera, para la reubicación geográfica, en el territorio nacional

«Basten estos esbozos temáticos para resaltar que, si bien el gobierno Santos, que ya va hacia su fin, rescató el hilo de la paz, éste es demasiado frágil aún. Y su viabilidad como proceso no es de gobiernos sino del Estado mismo, en sus componentes de ciudadanía e Institucionalidad constitucional, y en su definición como democracia y Estado de derecho. Lo que nos debería convocar a todos a unir esfuerzos para hacer de ese frágil hilo la médula irrompible de nuestra civilidad, de nuestra legalidad y legitimidad como Nación.

«La crisis y la coyuntura riesgosa que vive el proceso de paz, se transforme en este 2018 en toda una movilización democrática masiva por consolidar los pasos dados, superando el «complejo de Adán» que padecen muchos («por primera vez en nuestra historia»), o el síndrome del mito de Sísifo («volvamos a empezar, que lo anterior hay que hacerlo trizas»).

«Este sea el Año del Pueblo Colombiano que ganará, mucho más que el Nobel de Paz o cualquier otro trofeo, la mayor bendición de Dios sobre este territorio y esta población privilegiados por Él».

El año pasado, el Eln había anunciado que el cese iba hasta el 9 de enero. En ese entonces aseguró que la posición de los negociadores del Gobierno “hace más complejo y riesgoso” cumplirlo hasta esa fecha. Hay que recordar que el frente occidental de esa guerrilla ha violado el cese del fuego en varias ocasiones en Chocó y Nariño.

Para el Eln, hay inconformidad es que la Fuerza Pública ha desplegado varias operaciones en territorios donde tiene presencia, un hecho que para el Gobierno es legítimo, pues se trata de ejercer control sobre el territorio. Sin embargo, voces como la del general Eduardo Herrera, exnegociador del Gobierno en Quito, expresaron que esta guerrilla debe entender que las Fuerzas Armadas tienen el mandato constitucional de proteger los derechos y libertades de la población y eso «hace parte de lo acordado».

En diciembre, el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, dijo que las Fuerzas Armadas han cumplido de buena fe lo que se acordó en las negociaciones de paz, pero también reconoció como lo hace el Arzobispo de Cali que el cese era bastante frágil.

ELTIEMPO