Los 17 dueños de unidades de negocio que fueron reubicados temporalmente en El Caracol, en el sector Caribe, tienen plazo hasta este 31 de diciembre para trasladarse a otros lugares a cumplir sus labores de mecánica, comercio y venta de alimentos.
Es la segunda vez que deben salir de sus sitios de trabajo, la primera fue en 2014, cuando recibieron la orden de dejar el barrio en el que estuvieron por años, debido a que allí se desarrollan las obras del Plan Parcial de Renovación Urbana de Naranjal y Arrabal, que pretende darle una nueva cara a este sector de la ciudad.
La incertidumbre ronda a los mecánicos y comerciantes de El Caracol, pues sienten que quedaron en la inestabilidad otra vez, a la espera de una solución definitiva para continuar con sus negocios.
Esta segunda desubicación laboral se da porque la Empresa de Desarrollo Urbano (EDU), operador del plan parcial, dio por finalizada la estrategia transitoria para la reubicación de las actividades económicas relacionadas con servicio al vehículo liviano, al vehículo pesado, alimentos y actividades complementarias.
Además, el contrato de arrendamiento suscrito entre la EDU y Empresas Varias APEV – Municipio de Medellín, propietario del predio El Caracol, se cumple este 31 de diciembre. De acuerdo con información de la EDU, desde junio pasado les comunicaron oficialmente a los dueños de los negocios que el lote debía ser entregado.
Y aunque la medida angustia a mecánicos y comerciantes, la mayoría ya tiene en cajas sus implementos de trabajo, algunos encontraron nuevas sedes y se fueron a sitios cercanos o a otros barrios, pero otros aún no salen. A todos les implica perder a muchos clientes que ya estaban acostumbrados a ser atendidos allí.
Está en desarrollo la construcción de un centro de servicio automotor en Naranjal
Uno de los mecánicos afectados es Rogelio Sánchez, quien está esperando que terminen de habilitarle el taller en un lote que tomó en arriendo en el barrio Acevedo, al cual se trasladaron al menos otros cinco compañeros, según contó.
“A nosotros la EDU nos va a dar 9 millones de pesos de incentivo a cada uno, pero con una retención nos quedan libres como 7 millones de pesos. En mi caso, yo conseguí un espacio en 300.000 pesos mensuales, pero está baldío, me toca construir la sede y eso me cuesta. Lo que esperamos es que nos den un lugar definitivo”, indicó Sánchez, quien añadió que perderá clientela, tal como le sucedió cuando se trasladó de Naranjal hacia El Caracol.
A nosotros la EDU nos va a dar 9 millones de pesos de incentivo a cada uno, pero con una retención nos quedan libres como 7 millones de pesos
Otros motivos del traslado
Entre tanto, la EDU explicó que la estrategia transitoria también llegó a su fin porque entre las facultades que le otorgaron como operador urbano del plan parcial, se planteó la creación del Centro de Servicio Automotor El Caracol, con el que se buscaba mitigar los impactos sociales generados por la renovación urbana para los propietarios de las unidades económicas dedicadas al desarrollo de actividades prohibidas según el uso del suelo.
Sin embargo, el Departamento Administrativo de Planeación declaró inviable que en el lote de El Caracol se ubicara el centro de servicio automotor, debido a que allí se tiene planeado hacer una estación de transferencia de residuos sólidos, un proyecto estratégico para Medellín y el área metropolitana. Además, “no fue posible vincular un socio inversionista interesado en el desarrollo de este proyecto”, agregó la EDU en un comunicado.
ELTIEMPO