Aunque el israelí Assi Moosh, llamado en Taganga el ‘intocable’, ha manifestado su intención de volver al país, lo cierto es que Migración Colombia lo expulsó del territorio nacional y hasta que no haya una orden distinta, deberá permanecer en el exterior.
Así le dijeron fuentes del ente migratorio a EL HERALDO, recordando además que al israelí -señalado de tener una especie de emporio con sucursales de turismo sexual en Santa Marta, Cartagena, Medellín, Bogotá y hasta Ecuador y Brasil- le han sido negado los recursos judiciales que han interpuesto sus familiares y abogados en el país.
Moosh, en Europa actualmente, le dijo al diario capitalino El Tiempo que está “en tránsito para volver a Colombia a ver a mis tres hijos colombianos” y aseguró: “mi deportación fue ilegal, no tienen ninguna razón para hacerlo. Todas las noticias que salen sobre mí están basadas en cosas que se dicen, pero son muchas cosas que nunca hice”.
Además, señaló: “me dijeron que tenía problemas en Israel. Llegué allá y salí de allá normal. Nadie me busca en ningún lado, eso fue mentira”. Y agregó: “Yo trabajo con turismo, manejo un hotel, solo con turismo, nada de turismo sexual”.
Finalmente, negó que tuviera más hoteles que el de Taganga, en Santa Marta, y añadió que no es el dueño sino el administrador, asegurando que el propietario es su hermano, Benjamín Moosh.
Moosh fue expulsado del país a finales de noviembre pasado y no podrá regresar a Colombia en 10 años, informó Migración en un comunicado: “Moosh no podría ingresar al territorio colombiano por un periodo de diez años a partir de la fecha y después de la terminación de la misma, requerirá una visa para su ingreso”.
De acuerdo con el decreto 4000 de 2004, que regula el control de personas extranjeras, la expulsión de un ciudadano extranjero como la del israelí, señalado concretamente por la autoridad migratoria de alterar la tranquilidad ciudadana, significa, fundamentalmente, sacarlo del territorio colombiano por haber incurrido en alguna falta en contra de la ley migratoria.
Entre las causales para la expulsión, en la que según Migración habría incurrido Moosh, reza: “Todo extranjero que atente contra la Seguridad Nacional, el orden público, la salud pública, la tranquilidad social, la seguridad pública, el medio ambiente”.
La expulsión es distinta a la deportación, puesto que esta última es un acto soberano que se ejecuta contra quien ha violado el régimen migratorio y se encuentra en situación irregular, es decir, sin documentos válidos. Mientras para la deportación las causales son respecto a la documentación, para la expulsión las causales tienen que ver con el comportamiento del ciudadano extranjero en el país.
Además, a comienzos de diciembre, el Juzgado Segundo Penal del Circuito Especializado de Bogotá negó la suspensión de la expulsión a Moosh, mientras resuelve la acción de tutela instaurada por su esposa, Claudia Ibáñez, quien pide el regreso del extranjero basándose en los tres hijos menores que tiene.
La esposa del israelí interpuso dos acciones de tutelas, una en el despacho capitalino y otra en el Juzgado Cuarto Civil de Santa Marta, solicitando que se revoque de fondo la expulsión por la aparente vulneración de los derechos fundamentales de los tres hijos menores de edad a la dignidad humana, al debido proceso y al derecho a la familia. Además, Ibáñez pidió como medida cautelar la suspensión de la expulsión mientras se resuelven los recursos de amparo.
Sin embargo, para el despacho de Bogotá priman sobre los derechos familiares del israelí los de la comunidad del pueblo pesquero de Taganga.
ELHERALDO
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