Produce de verdad vergüenza con los campesinos que llegan a Tuluá, especialmente los fines de semana, a realizar sus respectivas diligencias y se encuentran con este deplorable espectáculo.
Resulta un panorama para nada agradable, inclusive para los mismos citadinos, pues se trata de bolsas reventadas y con residuos regados por toda la plazuela de la galería, producto del desaseo, falta de pertenencia y de cultura ciudadana de quienes tienen sus establecimientos comerciales en el área y ubican sus basuras en el lugar a merced de animales, indigentes y recicladores.
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