El temor de quedar en medio de los enfrentamientos entre la Fuerza Pública y la subversión, que en julio obligó a 63 familias a abandonar sus casas en zona rural del municipio de Hacarí, en Norte de Santander, volvió a asediar a otras 11 familias de esta región del Catatumbo, quienes decidieron esta semana dejar sus casas y huir a caseríos aledaños y al casco urbano de esta población nortesantandereana.
La recepción de estos casos fue adelantada por la Personería y la Alcaldía de Hacarí, que activaron el sistema de alertas tempranas y habilitaron una ruta de atención para ofrecer las ayudas humanitarias a estos pobladores provenientes de la vereda Laguna, un lugar que se ha convertido desde el pasado sábado en el epicentro de fuertes confrontaciones entre el Ejército y grupos ilegales, como el Eln y la disidencia del Epl, más conocida como ‘Los Pelusos’.
“En este lugar, nosotros reportamos el mismo fenómeno en 63 familias, quienes no han podido retornar porque no hay suficientes condiciones de seguridad en su territorio. No han sido atendidas adecuadamente por el Estado y han sufrido la revictimización en varias ocasiones”, indicó Diógenes Quintero, personero de Hacarí.
Según un reporte entregado por el Ministerio Público, los combates que se han registrado en las últimas semanas, en ese sector de la región del Catatumbo, no han dejado ningún habitante lesionado, ni tampoco ha ocasionado daños en las viviendas de estos campesinos.
El pasado 18 de julio, la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) alertó el desplazamiento de 60 núcleos familiares de las veredas Buena Suerte, La laguna y Bélgica de esta localidad, ubicada a 225 kilómetros de Cúcuta, “debido a intensos combates entre el Ejército y un grupo armado no estatal sin identificar”, señaló en ese momento el organismo internacional.