La vista del papa no sólo es un acontecimiento de importancia para los creyentes en la Iglesia Católica, sino todo un reto de logística y preparación para los países anfitriones.
El papa es, quizá, el líder religioso con más popularidad en el mundo. Este afecto público crece aún más con Francisco, argentino de nacimiento, o sea, el primer latinoamericano en ocupar esta posición.
Todo esto para decir que una visita papal en un país latinoamericano, y en uno particularmente creyente en esta fe como Colombia, es un asunto de gran importancia, no sólo simbólica, sino, de nuevo, logística.
El máximo jerarca de la Iglesia Católica estará en Bogotá, Villavicencio y Cartagena. En total, la visita de Francisco se extenderá entre el 6 y el 10 de septiembre e incluirá misas, una reunión con el presidente Juan Manuel Santos y una con el Comité directivo del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).
Una de las preguntas más recurrentes en este tema es quién corre con los costos que representa una visita papal. Como se trata de un jefe de Estado (el Vaticano), entonces se trata de una visita de Estado. El protocolo dicta que, en estos casos, los gastos se reparten por partes iguales: o sea, entre la Iglesia y la Nación para este caso.
FUENTE EL ESPECTADOR