Cuando la víctima es un hombre: la historia de Jairo Moreno y su hijo

En el marco de la lucha por la equidad de género en Colombia se deben empezar a exigir unos derechos que tradicionalmente han beneficiado solo a las mujeres y de los cuales los hombres en muchos casos han sido incluso víctimas. Me refiero puntualmente al tema de la custodia de los hijos cuando hay un divorcio o una separación de una pareja. A continuación leerán el difícil momento que vive un padre debido a la manipulación mediática y de los medios por parte de su expareja.

Jairo Moreno es un reconocido abogado llanero que ha dedicado su vida a trabajar por lo público. Cuenta con una hoja de vida sin tacha y sin un solo escándalo ni en lo personal ni en lo profesional. Jairo es tambíen padre de un pequeño de cinco años de edad, cuya madre, Melissa González, los abandonó a ambos hace dos al irse al exterior por motivos «personales». Desde ese momento este llanero, querido por todos en su pueblo, decidió hacerse cargo solo de su hijo y se convirtió en padre y madre al mismo tiempo. Logró sacar tiempo para todo y se dedicó exclusivamente a su trabajo y a hacer de su pequeño una persona de bien.

Hace unos meses la madre del niño regresó al país, y Jairo al ver sus intenciones decidió ir ante el juzgado de familia del municipio de Acacías a solicitar la custodia de su hijo, pues este llevaba ya dos años viviendo con él y sosteniéndolo completamente solo.
La madre del pequeño al enterarse de esto fue por él, se lo llevó por la fuerza para Villavicencio al escondido de su padre y sin autorización alguna lo encerró en una casa que nadie conociera y lo incomunicó de su progenitor. Tras este hecho, Jairo dio de nuevo aviso a las autoridades, estas lograron encontrarlo, rescatarlo y con el visto bueno de Bienestar Familiar, de la Personería de Acacías y de un juez de familia, entregárselo a él mientras continúa el proceso.

Ante dicha determinación de la justicia, Melissa González inició una campaña de injurias y calumnias difícil de explicar y de entender. Aprovechándose de su condición de mujer decide acusar a Jairo de secuestrador, feminicida y hasta terrorista, posa de víctima y se va con todo en contra de la integridad moral y hasta física del padre de su propio hijo. Este empieza a recibir incluso amenazas de muerte, y decenas de grupos activistas en las redes replican todo cuanto esta mujer inventa. Jairo continua con todo el proceso legal del cual tiene copias y pruebas de su actuar ante la justicia, mientras su expareja sigue buscando como destruirle su carrera profesional y la estrecha relación que gracias a estos años de convivencia solitaria creó con su hijo.
Solo queda esperar que la justicia piense primero en el bienestar y futuro del niño, después en lo que ha hecho Jairo hasta ahora por él, y finalmentr en que castigue a la madre del pequeño por sus perversas intenciones contra ambos.